El Proyecto "Danza Comunitaria e Inclusión" obtuvo Diploma de Honor como Premio Provincial
en el Programa de Formación de Valores de la Fundación Democracia.

Eje Temático presentado: Seguridad Social.
Sub-eje del tema Seguridad Social:
"Proyecto de Solidaridad e Inclusión mediante la Danza como Derecho Social."
Abril 2015

Homenaje a Aurelia Chillemi

Homenaje a Aurelia Chillemi

Celebrando el Día de la DANZA!

Celebrando el Día de la DANZA!
Viernes 10 de Octubre de 2014


Imágenes de la filmación del Videodanza "... y el Mar" en Partido de la Costa, Argentina
Dirigido por Aurelia Chillemi y Adolfo Cabanchik
Música Original: Osvaldo Aguilar y Aurelia Chillemi

Documental "Bailarines Toda la VIDA, inicios de la Danza Comunitaria en Argentina".
Dirigido por María Arcos (España).
Tandil, 22 y 23 de Noviembre 2014
Grupo de la Cátedra de Danza Comunitaria.
Taller de Danza Comunitaria en el ECUNHI
Sábado 23 de Agosto 2014, 14 a 16.30hs
Encuentro Nacional de Talleristas Populares e Independientes ENTAPI
Sábado 07 de Julio 2012. Carla Hayet
Llamadas de Tambores, desfile de comparsas. Tolosa
Sábado 26 de Mayo 2012. María José Patiño Yancomay y Pies Tolosanos.

Celebración Día de la DANZA. Domingo 29 de Abril 2012.
En los Jardines del Museo Cornelio Saavedra. Parque Saavedra. María José Patiño Yancomay.
Entrelazos de Danza y Derechos Humanos. Sábado 5 de Noviembre 2011.
Parque Avellaneda. Luciana Spadafora.

Festival Imaginando Culturas en HURLINGHAM
Domingo 13 de Noviembre 2011. Catherine Briceño (Venezuela) y el Elenco BTLV.

domingo, 29 de julio de 2012

Danza comunitaria: baile con olor a pueblo.-



No hay condicionamientos físicos ni límites de edades. Tampoco estructuras fijas ni movimientos clásicos. El proyecto de Aurelia Chillemi busca romper con la rigidez “elitista” de la danza para dar lugar a obras y coreografías pensadas por todos. “Buscamos códigos propios”, afirma la impulsora de los talleres que se brindan todas las semanas en la fábrica recuperada Grissinópoli.


Por Laura Cabrera
Fotografía gentileza de "Bailarines Toda la Vida"

Buenos Aires, julio 20 (Agencia NAN-2012).- Todo comenzó en 2002, a partir de la presentación del proyecto “Bailarines toda la vida. Los espacios de desarrollo creativo mejoran la calidad de vida de las personas”, ideado por Aurelia Chillemi y presentado en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) sin saber que, una vez aprobado y puesto en funcionamiento, el taller se convertiría en la primera experiencia abocada a la danza comunitaria en Argentina. Aquí no hay directores ni límites de edad. Tampoco se habla de “clases” sino de “encuentros”, momentos que transcurren todos los viernes por la tarde en la fábrica recuperada Grissinópoli, de Chacarita, en donde el lugar para la danza y el arte es entendido como un instante de coincidencia, reflexión y tolerancia con los otros.

Psicóloga y danzoterapeuta de profesión, Aurelia entiende al baile despojado de aquél aspecto elitista y selectivo con respecto a la estética del cuerpo perfecto y a los escenarios adecuados. Cualquier lugar y cualquier persona puede sumergirse en la danza. “Tener acceso al arte de la danza es un derecho social. Nuestros pueblos siempre bailaron”, asegura Chillermi sobre esta disciplina en la que reconoce beneficios múltiples: el fortalecimiento del espíritu, las mejoras en la salud física y el compromiso social que implica que profesionales, estudiantes, niños, padres y abuelos, puedan reunirse en un mismo espacio para romper el protocolo de los ensayos y los movimientos precisos.

Este último punto fue una de las principales motivaciones para poner la iniciativa en movimiento: la necesidad de crear redes sociales en espacios de lucha social y entender a los talleres no como lugares específicamente para la formación de bailarines profesionales sino de futuros coreógrafos o investigadores que expandan el concepto de danza comunitaria, idea que fue mutando hasta tomar vida propia, a partir de la idea de Chillemi.

Su creadora dialogó con Agencia NaN y explicó de qué se trata este fenómeno aún en crecimiento, originado por la disconformidad que generó aquel 2002 cargado de violencia y desunión, cuando para algunos, como ella, el arte se erigió como una herramienta de transformación social.

--¿Qué es lo que empuja al brote de la danza comunitaria?
-- La primera idea fue la de hacer un elenco integrado y abierto a la comunidad que luego fue tomando forma propia. La danza comunitaria pasó a ser aquella que se realizaba en un espacio no convencional, no es lo mismo bailar en un estudio que en una fábrica recuperada. Además acá pueden participar niños, adultos y adultos mayores, no importa si saben bailar o no. Pero dentro de esta idea de creación colectiva también hay un objetivo claro, que es el de presentar una obra pensada por todos, acá no hay un coreógrafo que propone una obra o movimientos. Surge todo a partir de consignas de trabajo pero despegándose del lenguaje codificado de la danza, hecho que permite la búsqueda de los códigos propios a partir de los movimientos de cada intérprete, lo que genera un mayor compromiso y conexión por parte de los integrantes.

--¿Qué diferencias existen con la danza convencional?
-- Acá se trabaja a partir de un elenco móvil, esto significa que todos aprenden todos los roles. Nosotros creamos a través de ideas o disparadores que tienen que ver con los derechos humanos y la tolerancia. A partir de estos temas comenzamos a improvisar en los ensayos, de acuerdo a lo que cada uno propone. De manera que la creación de las coreografías es algo que sale de todos. Lo mismo pasa con la música, en cada ensayo nos acompaña Osvaldo Aguilar, un músico que improvisa mientras nosotros bailamos, por lo que el proceso creativo también tiene que ver con lo que se quiere decir desde el sonido. Pero más allá de que no haya quién diga cómo se debe bailar, esto no significa que no tenga una estructura. Nuestro trabajo presenta cierta plasticidad en los ensayos pero a la hora de llevar la puesta en escena tenemos una estructura y la misma responsabilidad que tienen los bailarines profesionales. El hecho de que muchos lleguen sin saber bailar y de que otros no asistan a todos los encuentros no es un condicionamiento.

--Esta idea de “elenco móvil” ¿presenta o presentó en algún momento dificultades a la hora de llevar adelante un ensayo?
--Al principio fue difícil porque no estaba acostumbrada a coordinar grupos con estas características, sentía que cada ensayo era como volver a empezar porque un viernes iban 30 personas y al otro viernes de esas volvían 10 y las otras 20 eran nuevas. Me encontraba con mi propio enojo porque pensaba que la gente no se responsabilizaba. También me encontraba con el enojo de los chicos que sí estudiaban danza en otro lugar, porque ellos también tenían esa idea de la estructura. En una charla, ante las quejas, les dije “ustedes tienen que pensar que esto no es solamente un elenco de danza, esto es un proyecto social”. Cuando se los dije, eso me tranquilizó muchísimo. Entonces entiendo que esto es un elenco que tiene una estructura en escena, pero también tiene la plasticidad para entender que si alguien viene es porque realmente lo desea y si en algún momento no puede venir por algún problema, eso no merece castigo. La gente llega acá porque lo necesita, porque le hace bien. Entonces los códigos nos son los que tiene un elenco convencional en donde las responsabilidades son otras. Hay una ventanita que se llama comprensión frente a lo que le pasa al otro.

--Además de estas características, “Bailarines toda la vida” se presenta como otro modo de encarar las cuestiones estéticas. ¿A qué se refiere con esto?
--Tiene que ver con terminar con ese aspecto tan elitista que a veces contiene la danza a la que se le contrapone la inclusión, concepto con el que nos movilizamos desde este espacio. Siempre se pensó que el baile es para personas con un físico determinado, con flexibilidad y capacidades exclusivas. Suele pensarse que si no cumplís con esas condiciones, vos elegiste a la danza pero ella no te eligió a vos. Yo pienso que cualquier persona puede acercarse a esta disciplina porque la danza es un derecho al que todos los ciudadanos debemos acceder, tener acceso al arte de la danza es un derecho social porque los pueblos siempre danzaron, esto hace bien al cuerpo y al alma. Soy conocedora de los beneficios que genera el baile porque soy psicóloga y danzoterapeuta, actividades que me llevaron a inclinarme por un proyecto pensado desde la prevención de enfermedades por lo que el arte aporta a la salud. Trabajamos por el cuerpo, donde están contenidas nuestras emociones y nuestro mundo interno.

--¿Qué implica ensayar en una fábrica que contiene una importante carga social por haber sido recuperada por sus trabajadores?
--Es un espacio no convencional. La idea de trabajar dentro de un lugar que fue recuperado también genera en el que asiste cierta movilización por cuestiones que tienen que ver con lo que nos pasa como colectivo, de no ser así, nunca se acercaría y mucho menos pensaría en bailar con alguien que no sabe hacerlo en forma profesional. Lo cierto es que al que viene se le abre la cabeza. Algunos llegan por curiosidad, como los bailarines profesionales y estudiantes de danza que terminan enamorándose del contexto distinto desde donde se encara y determina la obra. Recuerdo que cuando empezaron los talleres, en plena movilización social, una mujer llegó a la fábrica por comentario de una amiga. Vino para saber de qué se trataba. Al finalizar la clase me contó que le parecía mentira estar bailando en una fábrica y que se había dado cuenta de lo diferente que puede ser una problemática social como la desunión o, como contrapartida, la unión y la lucha de quienes recuperan una fábrica y generan redes sociales para la reflexión y la transformación a través de expresiones artísticas. Eso es lo interesante de la danza en una fábrica, la posibilidad de generar conciencia social.

--El grupo se caracteriza por interpretar obras propias relacionadas a los derechos humanos y la inclusión ¿qué temáticas específicas trataron?
--La mayoría tienen que ver con injusticias sociales, con hechos de violencia que marcaron la historia y que aún hoy se siguen viendo en menor medida o de otras formas a partir del abuso de poder. Tenemos una obra a la que llamamos “La Oscuridad”, un homenaje a los desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina. Otra es “El Baile”, una representación en donde se refleja el maltrato hacia los conscriptos a quienes se les hacía el “baile” como técnica de castigo, situaciones muy crueles en donde se les exigía más de lo que podían. Desde que se conoció la muerte del soldado Carrasco, el servicio militar dejó de ser obligatorio pero la violencia se sigue ejerciendo y es eso lo que mostramos. También tenemos una obra como “Y el mar”, dedicada a los familiares de los desaparecidos. De esta pieza hicimos una videodanza para la semana del 21 al 25 de marzo. La realizamos en el Partido de la Costa porque consideré que ése era el escenario natural que tenía que tener. Fue en el mar en donde aparecieron los cuerpos de las monjas francesas, de Azucena Villaflor y de otros tantos activistas que fueron torturados durante los denominados “vuelos de la muerte”.

--¿Cómo reacciona el público frente al contenido emocional de las obras?
--Yo pienso que la persona que va a ver un espectáculo de danza comunitaria tiene alguna inquietud en relación con lo social. Nos vieron muchos maestros de danza que se quedaron maravillados con nuestro trabajo. La gente se conmueve mucho y en muchos casos preguntan si pueden participar. Igualmente, nosotros en cada encuentro damos un momento para la reflexión y el intercambio por todo lo que moviliza hablar sobre esto, de manera que no resulte chocante el encontronazo con esa realidad, ya que los espectáculos son vistos por niños, sus padres y sus abuelos. Aquí se juntan todas las edades, por eso hay que pensar en cómo expresar lo que queremos transmitir.

--Ahí es donde su produce esa red social que se intenta construir…
--Sí. Lamentablemente niños y adultos viven muy aislados. Hay mucho trabajo en la computadora y en lugares muy pequeños. Tener un espacio en donde estemos todos en movimiento y en donde el foco se pone en la posibilidad de comunicarse y encontrarse nos da la posibilidad de beneficiar nuestra salud emocional, espiritual y social. Por eso creo que tenemos que hacer un gran esfuerzo para sostenerlo y para que se multiplique el proyecto. Sería muy importante que se puedan coordinar más grupos (actualmente hay uno en Tolosa, otro en Catamarca y otro en Salta) para que esto sea una cátedra abierta en la universidad. De esa forma, todos podrán cursar la materia “danza comunitaria” y encontrarse con personas con las mismas inquietudes que quieran abrir otros espacios, porque por ahora somos pocos.   

Publicado el 20 de Julio 2012 en:
http://agencianan.blogspot.com.ar/2012/07/danza-comunitaria-baile-con-olor-pueblo.html?spref=fb

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